Quien quiera y desee escribir, puede empezar a correr. O a jugar al fútbol, o practicar algún deporte que le llene el alma. La relación entre literatura y deporte no es nueva, menos la que existe entre fútbol y palabras.
Si bien es una relación conflictiva para algunos escritores e intelectuales; para otros –y para la realidad misma – es una pareja muy saludable. Cómo un matrimonio, atravesaron crisis y procesos económicos, se alejaron y volvieron a juntarse pero nunca pudieron distanciarse.
Para algunos escritores, el deporte es esencial a la hora de escribir. A propósito de las maratones que corrió y de los libros que escribió, Haruki Murakami en su libro ¿De qué hablamos cuando hablamos de correr?, sostiene que “Lo importante es ir superándose, aunque sólo sea un poco, con respecto al día anterior. Porque si hay un contricante al que debes vencer en una carrera de larga distancia (y más tarde lo aplicará a sus novelas), ése no es otro que el tú de ayer”. El filósofo existencialista, Jean Paul Sartre aseguró alguna vez que “el fútbol es una metáfora de la vida”.
Muchos escritores son y fueron reconocidos fans de algún deporte. Para Fabián Casas, San Lorenzo significa mucho; Martín Caparrós escribió un libro titulado Boquita; los cuentos de fútbol de Roberto Fontanarrosa, hincha de Central, son conocidos por hinchas, deportistas y hasta por los que odian el deporte; la pasión de Sábato por Estudiantes de La Plata es mítica; el locutor Alejandro Apo le puso la voz en la radio a los cuentos de Eduardo Sacheri sobre esta disciplina también; y el británico Nock Hornby se animó a relatar su experiencia como hincha en Fiebre en las gradas mientras que Eduardo Galeano le rinde homenaje y denuncia las estructuras de poder que existen en Fútbol a sol y a sombra. En Argentina, basta con mirar la vidriera de una librería para ver cómo aumentó la cantidad de libros dedicados al deporte.
Queda claro: cómo alguna vez escribió el periodista Hernán Brienza en una nota para Clarín que “hay un romance intelectual entre literatura y fútbol”, más cerca de las pasiones que de la disciplina que ambas artes requieren.
Para el escritor, poeta y director de cine Pier Paolo Pasolini “El fútbol es un sistema de signos, por lo tanto es un lenguaje. Hay momentos que son poéticos: se trata de los momentos de gol. Cada gol es siempre una invención, es siempre una subversión del código (…). Igual que la palabra poética”.
En un dribbling, el fútbol ha salido de los ámbitos más conservadores y ha dado lugar, cómo en sus inicios, a una pluralidad de voces. En la última cita del Grupo Alejandría, el escritor Facundo Soto leyó una de las más de veinte crónicas inéditas sobre fútbol gay que tiene en su haber.
“Las crónicas surgieron de mi propia experiencia como jugador en un equipo de fútbol gay. Cuando entré, no podía creer la diversidad de gente que había y como estaban llevados al extremo los estereotipos”, contó. Y haciendo hincapié en su experiencia, continuó: “lo que me impactó fue la diversidad de gente y cómo todos conviven sin problemas”. Y, pateó la pelota para agregar: “Es importante escribir sobre estas contradicciones no asumidas para sacar a la luz verdades ocultas. Si existe un prejuicio con la palabra gay, hay que usarla y gastarla y no esconder lo que uno es”, finalizó.
Ya este año la escritora Dalia Rosetti escribió la novela Dame Pelota: fútbol exquisita, en la que se muestra, entre otras cosas, el mundo femenino a través del fútbol.
Y, es que, cómo lo cuentan Ariel Scher, Guillermo Blanco y Jorge Búsico en su libro Deporte Nacional: “En la circunstancia que sea, el deporte mete la cola”.
Y acá metió el gol Ediciones Al Arco, la primera editorial independiente argentina de literatura deportiva. Sí, Julio Boccalatte y Marcos González Cezer crearon una editorial independiente que solo publica libros de deporte y que tiene títulos como Huele a telón de Pablo Sehtman y Enredados de Sebastián Fest.
Huele a tablón (y otros cuentos de fútbol) fue lanzado el jueves. El libro, de 128 páginas, marca el debut literario de Sehtman, cuenta con un prólogo del periodista Ariel Scher y un texto de contratapa de su colega Gustavo Grabia. “Sehtman es un narrador de encantos, un hincha de fútbol lleno de palabras y un andador de imaginación”, asegura Scher en el prólogo.
Periodistas y profesores
Scher, Blanco y Búsico, periodistas y profesores escribieron -después de un año de investigación – el libro ya mencionado, Deporte Nacional, que reúne dos siglos de historia. Pero no es solo un análisis cronólogico de los deportes que hubo en el país. Es también la historia de Argentina contada a través del deporte: fútbol, hockey, basquet, rugby, automovilismo, por citar alguna de estas artes.
Para Jorge Búsico, “El deporte ha ido de la mano de la historia del país, por eso, no podemos entender lo que está sucediendo sin remitirnos a los orígenes”.
“Entramos en un vacío que está lleno de contenidos y gracias al aporte de distintas personas abarcamos, con errores lógicos, el deporte nacional desde el lado social”, agregó Blanco. Y atajo la pelota parafraseando a Gabriel Celaya, “la palabra es un arma cargada de pasado, presente y futuro”.
La relación entre literatura y deporte se muestra en este libro periodístico como “dos cuestiones populares que van de la mano”, según Búsico. En el entretiempo, Blanco concluyó: “Jerarquizar al fútbol a través de la literatura le permite a las nuevas generaciones valorar y recuperar la identidad que el fútbol está perdiendo”.
Hoy, literatura y deporte caminan de la mano como una pareja feliz en el día de los enamorados. Quién quiera escribir, puede empezar a correr. Y viceversa. Hay material para todos.
Fuente: Diario Clarin del 07 de Noviembre de 2010
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