lunes, 14 de septiembre de 2009

"Nos ganó el campeón de América"

OLE
La Plata llama a la plata
Estudiantes, insaciable, mantiene el hambre de gloria. Ayer le mostró al Rojo lo lejos que está de ser un equipo con chapa de campeón.

La pelota picó cerca de la línea de cal en la mitad de la cancha, y mientras Busse la daba por perdida y frenaba la corrida, Benítez seguía la jugada, llegaba con aire de sobra y no sólo evitaba el lateral -que era para Estudiantes- sino que desde ahí generaba un ataque... Tan simple y llana es esta imagen que ilustra la diferencia radical que hubo entre Estudiantes e Independiente y pone de manifiesto la idiosincracia del equipo de Sabella: es insaciable. El León te avasalla, tiene hambre de gol, de triunfos, de más gloria... Porque la gloria ya la conoce, pero no le alcanza. Es un equipo comprometido en un fin común de presión, entrega y solidaridad; su juego funciona con precisión suiza y aunque se cambien las piezas, se mantiene compacto. Así, tiene tan en claro adónde va que es imposible correr la mirada. El campeón de América se pone la chapa de candidato en el Apertura. Y sí, La Plata llama a la plata.La contracara es un Independiente que por más que se esfuerza no puede salir de abajo de la línea de la pobreza. Le pone ganas y aunque parece que puede dar más, a veces le hacen falta vitaminas. El equipo del Tolo careció ayer de solidez defensiva y el desorden se hizo tan constante como el 'sacala que quema'. De fútbol estuvo famélico, especialmente en el segundo tiempo, cuando no tuvo la fuerza para que no se impusiera el rival. En síntesis, empuja el chango de la esperanza de lo que quiere ser pero va cuesta arriba. Y así las chances de luchar se le desvanecen en la cara, como ayer.En lo futbolístico, las pretensiones de Estudiantes fueron evidentes desde el vamos. Sabía que a Independiente tenía que atacarlo por la izquierda y a los 3 minutos ya le ganaba el partido. Gallego aún no le encuentra la vuelta a los problemas que tiene por ese sector. Y Clemente Rodríguez pasaba como un avión, mientras Enzo Pérez se mandaba sin peaje ante un Godoy que no podía cubrir a Mareque y a Patito a la vez, además de marcar a los dos del Pincha y lidiar con Braña. A Galeano lo entretenía Salgueiro, Matheu se desparramaba para cubrir los huecos y que no se le fuera de órbita Bosselli, y Acevedo tenía entre ceja y ceja a Verón, ya que todos los pases se los ponía a sus espaldas para que Benítez se empachara con la diagonal.Enfrente, el único momento de gloria que conseguía el Rojo era cuando Busse, de contra, aprovechaba la retaguardia de Benítez y Gandín usaba el cuerpo para ganar alguna falta. Porque la apuesta de Independiente era la pelota parada, pero sólo una vez le dio frutos y fue el 1-1. En la segunda etapa, el Rojo ya no pudo hacer mucho. Estudiantes se lo comió, lo empujó, le tiró la chapa encima y sin Verón, pero siendo el mismo, no paró hasta que encontró lo que quería: ganar.Así, saltó a la vista que al Rojo le falta mucha sopa como equipo. La que le sobra al León.

Mauro ya tiene su 4 x 4
La bandera, colgada por los hinchas de Estudiantes, llevaba un mensaje significativo que luego tomó un mayor valor porque así lo quiso el destinatario de esa inscripción. "Diego, el goleador de América es argentino", era la leyenda que pedía a Mauro Boselli a la Selección, en tiempos de discusión acalorada sobre si el equipo de Maradona debe jugar con los bajitos o con un centrodelantero. La cuestión es que, a los tres minutos, cuando el partido recién nacía, el delantero sacudió a todos: de espalda, recibió la pelota en el área, metió un giro veloz y despachó un zurdazo que se incrustó junto al palo derecho de Hilario Navarro. Fue el gol que abrió la puerta del triunfo inobjetable de Estudiantes. Fue nada menos que ¡su cuarto gol en cuatro partidos! "Estoy en buena racha, lo más importante es que le estoy sirviendo al equipo y que Estudiantes fue muy superior a Independiente", expresó el atacante, artillero de la última Copa Libertadores (ocho tantos) conquistada por el León.Pudo haber metido alguno más Boselli de no ser por esa mala definición en el segundo tiempo, cuando desperdició un mano a mano ante Gabbarini y le pegó muy débil. De todos modos, no debe soslayarse el buen trabajo que hizo más allá de su gol. Junto con Juan Manuel Salgueiro, con quien se entiende cada vez mejor, fue una amenaza desde una movilidad que se le vio por todo el frente de ataque. Aguantó muy bien la pelota, descargó con criterio hacia los volantes e incomodó a los centrales. Lo que sí deberá corregir es no quedar tan seguido en posición adelantada, algo que ayer volvió a sucederle.¿Hará caso Diego? Decepcionado por la actitud con varios de las figuras que actúan en el exterior, Maradona quiere darle más lugar a jugadores del fútbol local que tengan hambre. ¿Será Boselli una opción? Sus hinchas lo piden. Y él cumple con apetito de gol... No quedan dudas de su gran momento.

Salgueiro dejó pasar muchas
Estudiantes pudo haber ganado por una diferencia mucho más abultada, pero no supo usufructuar lo que construyó por mérito propio o errores ajenos. En ese sentido, uno de los que cargó con una responsabilidad importante fue Juan Manuel Salgueiro, quien dilapidó tres chances muy claras de gol.La primera oportunidad fue a los 18 del segundo tiempo: tras una falla de Galeano, quedó mano a mano con Hilario Navarro y definió muy mal con la pierna derecha. A los 25 pescó un rebote en el área, en lo que era una jugada de mucho peligro. Pero le pegó mordido. Dos minutos después, volvió a encontrarse cara a cara con el arquero (tras dejar en el camino a Matheu) y terminó muy mal la jugada: definió por arriba. A pesar de esto, se buscó y complementó bien con Mauro Boselli.

La Sabella lunga
El técnico entró al campo de juego tras el 2-1 para analizar el césped y, así, aggiornar City Bell, algo que ya había hecho con el Unico. ¿Detallista yo?

Se trata de una obviedad que no está de más remarcar: de este éxito de Estudiantes no tiene acciones mayoritarias la casualidad. Este Estudiantes, este súper Estudiantes, es fruto del buen ojo para elegir jugadores, de sueldos al día, de instalaciones adecuadas, de rendimientos superlativos, de solidaridad y, sobre todo, de laburo. No hay detalle librado al azar, no se relaja el cuerpo técnico del Pincha en la grata performance diaria. Entonces, una vez finiquitado el trámite ante Independiente, Alejandro Sabella sale a la cancha nuevamente, recorre el campo de juego, testea la gramilla, "para ver cómo está y saber si debemos aggiornar el césped del country de City Bell", explica el entrenador, quien, por cierto, encontró el pasto "un tanto alto, veremos si Quilmes lo corta y, si no, nos acomodaremos, nos acostumbraremos".Esta práctica no es nueva. De hecho, el DT ya la había implementado durante la estadía de Estudiantes en el Estadio Ciudad de La Plata. Y con éxito: allí, el Pincha tuvo un 73,7% de efectividad, con 33 partidos ganados, 16 empatados y apenas 3 caídas. Por encuentros internacionales, en tanto, ganó 15 de 18, más dos empates y una sola derrota. Igual, la mudanza a Quilmes, donde Sabella no pudo ir durante la semana para chequear el estado del pasto, no influyó en el grato rendimiento de Verón y compañía. Básicamente porque Estudiantes es un equipo hecho y derecho, formado, pulido, que derrocha fútbol en cualquier cancha. "Tuvimos un primer tiempo brillante", sacó pecho el técnico, quien acotó que "el segundo tiempo fue muy bueno también, sólo que nos costó un poco mantener el ritmo, aunque igual llegamos a la victoria, al resultado más justo".

"Hubo un solo equipo"
Verón volvió a su casa, volvió a ser Verón, volvió a ser feliz, y sacó la lengua por Estudiantes. "Nos impusimos siempre, ellos llegaron media vez", afirmó.

Aunque se había esbozado que el cansancio era inminente, por el par de partidos celestes y blancos, sumados a la carga de estrés por tan magra cosecha, por tanto runrún seleccionado, por la roja en Asunción, Juan Sebastián Verón dijo presente en Quilmes, se puso la camiseta que más quiere y que más lo adora, y, cómodo, como en su casa, fue feliz, y volvió a ser Verón, el Verón que todos conocemos. El que juega a un toque, tic, tac, simplificando el fútbol, limpiando la cancha, cada pelota que pasa por sus pies. El que regala chiches, como ese pseudo sombrerito que le metió al Patito Rodríguez en el primer tiempo. El que, además, pone la lengua, arenga, chapea: "Hubo un solo equipo en la cancha. Supimos presionar, nos impusimos, no dejamos jugar a Independiente, y le generamos muchas situaciones", aseguró el volante, quien, vale aclarar, no habló tratando de equipo chico al Rojo, sino más bien resaltando una superioridad extrema, que provocó que el Diablo metiera la cola "apenas media vez".Se fue también, Verón, con una molestia muscular, una contractura en el isquiotibial izquierdo que, dice quien lo padece, no cree "que sea nada grave". De hecho, la Bruja podría jugar ante Huracán, aunque Sabella ya avisó que no lo va a arriesgar; sólo estará si no quedan resabios del dolor. A prender velas, pues, todo Estudiantes, de este Pincha que otra vez amenaza con dar una vuelta, aunque Verón diga que "falta mucho", y a la vez que "vienen bien los resultados que están sacando los clubes grandes, aunque no hay que descartar que cualquier equipo que haya arrancado mal tenga un sprint como el que supo tener alguna vez Estudiantes. Nosotros, por suerte, estamos bien".

Señor equipo, señor DT
Estudiantes deja chiquitos a sus rivales, los envuelve, los ata, los limita, como dicen desde el cuerpo técnico: lo mejor que tiene es que hace jugar a su adversario como quiere Estudiantes. Y ayer quedó claro: Independiente le luchó el partido, sólo llegó a eso. El resto fue del equipo de Sabella, del señor equipo de Sabella, del señor equipo de un señor técnico.Orgullo nacional es una denominación que ya queda chica. Dejemos por un ratito de lado la Libertadores. Este Estudiantes, más que orgullo, es un ejemplo. Un ejemplo nacional, entonces. Sabe lo que quiere, sabe lo que busca y cuando lo encuentra, nada se le puede atribuir a la casualidad. Que la pelota rebotó en Díaz, que le pegó en la mano, que la metió por eso, todo lo que quieran... ¿Y la de Pérez en el primer tiempo? ¿Y las tres que tuvo Salgueiro? ¿Y las otras dos de Boselli? El gol del uruguayo hizo justicia.En definitiva, este es un equipo que a pesar de haber conseguido lo que consiguió, que a pesar de tener enfrente un objetivo que distraería la mente de muchos como el Mundial de Clubes, no afloja, tiene ambición, tiene hambre y va por más. Como dijo Sabella, debería tener otro reconocimiento, uno mayor. Porque hoy no sólo es el rey de América. Es, lejos, lejos, el mejor equipo argentino...

POPULAR
ESTUDIANTES 2 - INDEPENDIENTE 1
Al final, la justicia le dio la mano a Estudiantes
Fue muy superior a un Rojo desteñido, pero le costó definirlo
Nada más justo que la victoria de Estudiantes. Nada más alejado de la realidad, ese empate que conseguía Independiente, a tres minutos del final. Es que este tan buen equipo dirigido por Alejandro Sabella había sido tan superior a las entusiastas voluntades de Independiente, que ese 1 a 1 era una tremenda inequidad, entonces ese gol de Juan Manuel Díaz, aprovechando una pelota no retenida por Gabbarini, resultó lo más lógico.Hay enormes diferencias individuales y colectivas entre Estudiantes e Independiente, eso nadie lo puede discutir. Pero como esto es fútbol, había que demostrarlo en el juego y también en la red. El Pincha lo hizo en el primero de los aspectos, pero le costó muchísimo en el segundo.Todo empezó para entusiasmar. Estudiantes pegó primero, cuando Salgueiro y Clemente armaron una jugada por derecha, Rodríguez tiró el centro y Mauro Boselli, tras un medio giro, sacó el zurdazo para dejar sin asunto a Hilario Navarro. Casi sin proponérselo, Independiente llegó al empate, con una pelota parada. Un corner de Acevedo fue peinado por el Cuqui Silvera, para una palomita magnífica de Gandín, que hizo estéril el esfuerzo de Albil.Estudiantes manejó a voluntad, ese primer tiempo. Con un Verón excelso (porque no jugará así en la Selección...); con la zurda mágica del Chino Benítez, con un Chapu Braña capturando pelotas y asistiendo a sus compañeros; sumado a las subidas de Clemente y Díaz, por los costados y la movilidad de Salgueiro, más la preocupación que significaba Boselli, en el área.Independiente intentaba lo suyo, pero con imprecisiones. Con un Patito Rodríguez que aportaba poco, con un Silvera que debía retrasarse demasiado para lograr juego y con un mediocampo que veía pasar la pelota, que era monopolio del conjunto local. Y atrás, demasiadas dudas.Sin Veron fue otra cosaEl segundo tiempo decayó en el nivel y también en la intensidad, pero siempre Estudiantes fue el actor principal de la obra, mientras que Independiente aceptó sin mayor remedio su rol de partenaire. Intentó tomar aire, cuando el cuadro de Sabella le dio respiro, pero el arco de Albil le quedó tan lejos como de Quilmes a La Plata.A los catorce minutos la Brujita Verón dejó el partido por una contractura y Estudiantes lo sintió, porque Carrusca nunca sintonizó la misma onda de sus compañeros. De todos modos, Estudiantes insistió, con el buen trabajo de sus volantes, con el aporte de los del fondo, pero con un Salgueiro que empezaba bien las jugadas y las terminaba muy mal o con un Boselli que no lograba la justeza necesaria para definir la historia.Estudiantes acumulaba merecimientos. Independiente apostaba a que pasaran los minutos, “cuando no se puede ganar, no está mal empatar” decía Gallego, tras el partido. Y cuando todo parecía que terminaría uno a uno, Morales Neumann (entró por Salgueiro, justamente) dejó como alambre caído a Vella, remató al arco, dio rebote el pibe Gabbarini y Juan Manuel Díaz se constituyó en el héroe de la jornada, al convertir el segundo gol.Una victoria indiscutible de Estudiantes, hoy por hoy, el mejor equipo de la Argentina, aunque todo es materia opinable, claro está. Independiente tuvo que poner otra vez los pies sobre la tierra, sobre su realidad futbolística incontrastable. Un equipo sin estrellas, mediocre, que deberá lucharla desde abajo. Resultará absolutamente imprevisible ver a este equipo de Gallego, en la pelea de este campeonato, por más mediocre que sea el mismo.

EL ARBITRO
Maglio, con varios errores importantes
Ignoró un clarísimo penal contra Desábato y falló en cuestiones disciplinarias
No fue para nada bueno, el desempeño del juez Carlos Maglio (con cuatro puntos de calificación), aunque también es bueno aclararlo -afortunadamente para el espectáculo- sus errores no tuvieron consecuencias con el resultado final. Sin dudas, que su equivocación más relevante fue no haber considerado como penal el agarrón en contra del Chavo Desábato a los 34 minutos del primer tiempo, cuando el defensor estaba a punto de convertir; también se observó una acción en perjuicio del lateral Juan Manuel Díaz, que dio la impresión de ser falta en el área, pero el jugador también simuló en parte la acción.En el terreno de lo disciplinario, dejó bastante que desear. Sacó un total de cinco amarillas (Benítez, Galeano, Mareque, Acevedo y Mancuello), algunas de ellas estuvieron bien, pero es justo decir, que no midió con igual vara otras infracciones que pudieron merecer tarjeta. Como es habitual en muchos árbitros del fútbol argentino, tienen determinados pruritos para amonestar en los primeros tiempos, demostrando demasiada permisividad, en cuanto a sus decisiones punitivas.

claves
Estudiantes fue un equipo, en el absoluto sentido de la palabra. Está muy bien aceitado, conoce sus movimientos de memoria, tiene jugadores de enorme riqueza técnica y se lo hizo saber a Independiente, que fue todo voluntad.La carencia de definición del uruguayo Salgueiro o la justeza de Boselli para la última puntada, fueron las razones por las cuales el equipo de Sabella debió esperar hasta el final del encuentro, para llevarse un premio harto merecido.

GALLEGO RECONOCIO LA SUPERIORIDAD PINCHA
“Estudiantes mereció ganar el partido, fue superior”
La procesión le marchaba por dentro y por más que sus palabras reconocían una derrota ante un gran rival seguramente Américo Gallego analizará, un poco más calmo, que le faltó atrevimiento para dar el golpe ante el campeón de América. Tranquilito asumió la superioridad de Estudiantes y sostuvo “ellos merecieron ganar el partido”.“Creo que Estudiantes mereció ganar el partido. En el segundo tiempo fue un poco más superior que Independiente. Lo que más me preocupa no es tanto el resultado sino la lesión del arquero y no lo vamos a tener no sé por cuanto partidos. Lo otro se puede solucionar, ya mañana entrenamos y tengo que levantarle el ánimo a los jugadores porque pese a no haber jugado bien nos podíamos haber llevado un empate. Pero ellos merecieron el triunfo” remarcó el entrenador en el primer contacto con la prensa tras la derrota frente al Pincha.Cuando se le preguntó por los cambios y por la postura de Independiente un tanto timorata en el terreno Gallego enfatizó “los cambios no fueron para meternos atrás sino que puse un delantero por un delantero como Martín Gómez y después puse a Mancuello por afuera y de última tuve que cambiar el arquero. Cuando metí a Gómez lo hice para generar situaciones porque era el más rápido que teníamos pero no lanzamos bien”.Gesto que dueleFue claro y evidente a falta de cuatro minutos que el Tolo hizo el reconocido gesto de “ya está” cruzando las manos una y otra vez. Por ahí lo hizo a modo de advertir a sus jugadores que quedaba poco y que no había que hacer torpezas, quizás solo consiguió meter el equipo atrás a lo que explicó “cuando se juega de visitante y no lo podés cerrar al partido o no lo podés ganar hay que cerrarlo. Yo no hice cambios defensivos. Estudiantes nos ganó bien o nos olvidamos que salió campeón de América. ¿Cuál es el problema si yo hago ese gesto? A mis jugadores les digo ojo que te agarran la espalda, ojo que tiran pelotazos, no los dejen pensar...”.De todos modos pasado el episodio el entrenador agregó “esto se soluciona ganando el sábado, lamento lo de Hilario. Nos ganaron bien, no hay que darle vueltas, no contamos con el rendimiento de la otra vez y esperemos hacer un buen partido ante Vélez. Cometimos algunos errores defensivos y más con el nueve que tienen que es terrible. Pero después quiero ver la jugada porque no sé si le pegó en el codo o qué. Igual Maglio ya me dijo que no fue mano. Pero bueno, hay que seguir adelante, volver a acomodarnos y seguir porque esto es largo”.

UNO POR UNO ESTUDIANTES
LA FIGURA
RODRIGO BRAÑA (8)Fue un titán en la mitad de la cancha. Recuperó, corrió, empujó al equipo y fue un símbolo de la autoridad con que Estudiantes se plantó como amo y señor del terreno haciendo circular el balón con sumo criterio.
DAMIAN ALBIL (6) tuvo poco trabajo. En el gol lo sorprendieron, después, cuando lo exigieron, respondió.
CLEMENTE RODRIGUEZ (7) destacada actuación sobre el sector derecho donde marcó y se adelantó hasta llegar, casi, como un delantero más.
GERMAN RE (6) no tuvo mayores problemas en la marca. Controló bien a Silvera y a Gandín.
LEANDRO DESABATO (7) uno de los más firmes en el fondo, especialmente porque transmitió siempre personalidad.
JUAN MANUAL DIAZ (6) muy firme sobre la izquierda. Recuperó muchas pelotas y también se adelantó con criterio.
ENZO PEREZ (5) jugó con determinación pero fue uno de los más imprecisos en la entrega.
JUAN SEBASTIAN VERON (8) manejó los tiempos y la distribución de la pelota. Líder en el medio, jugó un partidazo pero, por una molestia, debió dejar la cancha.
LEANDRO BENITEZ (7) otro que inquietó de manera permanente con su manejo y su pegada.J
UAN MANUEL SALGUEIRO (4) fue el único que desentonó en Estudiantes. No porque le haya faltado actitud, sino porque desperdició muchísimas situaciones.
MAURO BOSELLI (6) activo e inquietante en todo momento. Fue una amenaza de peligro en cada intervención y se anotó en el gol.

CLARIN
Estudiantes tuvo su premio ante un Independiente amarrete
Le ganó 2-1 con un gol de Juan Manuel Díaz a tres minutos del final. Antes había marcado Boselli y Gandín igualó transitoriamente. Con este resultado, los de Sabella alcanzaron a Vélez y Banfield en el segundo puesto.

No hubo lugar para el análisis. Antes de cualquier especulación, Enzo Pérez tocó para Clemente Rodríguez que escaló por la derecha. El lateral prolongó la jugada y habilitó al uruguayo Salgueiro. Centro atrás, Boselli aguanta la marca, gira, vuelve sobre sus pasos y saca un zurdazo al ángulo para poner el 1-0 de Estudiantes, cuando todavía no se habían cumplido los tres minutos de juego, en la cancha de Quilmes. Pero Independiente tampoco dejó que Estudiantes se acomodara a la ventaja. A los 11, tras un tiro de esquina desde la derecha, apareció Gandín libre de marcas por el segundo palo. Se arrojó en palomita y estableció la igualdad por 1-1. Le volvió el color a Américo Gallego. Empezaron a puro gol. Se pegaron de entrada y después se estudiaron, como dos boxeadores sentidos. El principal duelo del partido se daba en la mitad de la cancha: Braña y Verón, los dos volantes que estuvieron en la Selección en las últimas fechas de Eliminatorias, chocaban en forma permanente con Walter Acevedo y Fernando Godoy. Copar la parada, esa parecía ser la fórmula. Equivocaron el camino. En vez de mantener el alto nivel de juego que mostraron en los minutos iniciales, apostaron por la fricción y el espectáculo ya no era tan entretenido. En el complemento, todo fue de Estudiantes. Sabella puso a Marcelo Carrusca en lugar de un Verón muy cansado y el Pincha ganó juego. El local presionaba a Independiente muy cerca del área de Hilario Navarro y el equipo de Gallego no supo nunca cómo salir de ese asedio que proponía el León. Probó Gallego con Martín Gómez por Patito Rodríguez, pero no hubo caso. Salgueiro tuvo cuatro jugadas claras de gol. A los 18, le ganó a Matheu en el salto y quedó mano a mano con Hilario, pero su derechazo se fue afuera. Sobre los 25 el uruguayo se encontró en el área con la pelota, con espacio, pero siempre falló en la definición. Se salvaba el Rojo. Hasta que en un cierre Galeano chocó con Hilario y Gallego tuvo que cambiar a su arquero: Gabbarini por un Navarro muy adolorido, en la zona inguinal. Leyó perfecto el partido Sabella: puso a Jerónimo Morales Neumann (salió el errático Salgueiro) para que el ataque tenga más movilidad, a los 34. Y enseguida Boselli quedó de cara al gol. Quiso definir con una sutileza por encima del cuerpo de Gabbarini, pero el arquero se quedó con la pelota. Independiente prácticamente no cruzó la mitad de la cancha en el segundo tiempo. Excepto a los 35, desbordó Gómez y Silvera le dio de zurda, por arriba del travesaño. Estudiantes era un tanque que empujaba a los jugadores de rojo casi contra el alambre. Iba a llegar, tarde o temprano. A los 42, Morales Neumann desbordó por la izquierda, enganchó y dejó en el camino a Vella, sacó el derechazo. Gabbarini tapó, pero dejó la pelota viva. Silvera quiso rechazar, le pegó al uruguayo Díaz y el defensor, que había quedado en el área después de un tiro de esquina, le dio de zurda para poner el 2-1 del Pincha. Merecida victoria para el equipo que siempre buscó. Merecida derrota para el equipo que se conformó con el punto y renunció al ataque. Ahora Estudiantes tiene 10 puntos y quedó a dos del líder Central, junto con Vélez y Banfield.

LA NACION
Estudiantes quiso más y al final tuvo su premio
Redondeó una sólida actuación y creó situaciones como para golear a Independiente, pero sólo encontró el triunfo gracias al uruguayo Díaz cuando faltaban tres minutos

Estudiantes es un equipo ejemplar. Ni siquiera los laureles conseguidos en el primer semestre hacen que sus jugadores bajen las revoluciones. Ni el hecho de que el Apertura esté en pañales los hace regular las energías. La ambición contagiosa del campeón de América lo lleva a querer ganar siempre y no conformarse si el rival le ofrece firmar el empate antes del final.
A caballo de ese instinto asesino, Alejandro Sabella construyó un bloque que se encamina a dejar una huella en la historia del club. Porque sus intérpretes jamás se apartan del histórico libreto de la pelota al piso y porque saben cubrir la cancha como si fuera un tablero de ajedrez. Estudiantes es estrategia, sudor e inteligencia en partes iguales. Por eso gana.
Su víctima de turno fue Independiente, que pisó el estadio de Quilmes ?donde el gandor fue local? y se encontró con un gol en contra. Clemente Rodríguez le ganó la espalda a Mareque, fue hasta el fondo y tiró el centro atrás, como indica el manual del buen carrilero. El uruguayo Salgueiro abrió los ojos y quiso habilitar a Verón, pero Boselli se interpuso e inventó una media vuelta inatajable.
Independiente no sintió el golpe y se recuperó a los pocos minutos. Un tiro libre de Acevedo mostró que las torres platenses ?Desábato y Ré? no estaban en su mejor tarde. En el córner posterior, Silvera peinó la pelota y Gandín apareció como un fantasma por el segundo palo para hacerle honor a un axioma tan viejo como el fútbol: "dos cabezazos en el área es gol".
Apenas habían pasado 10 minutos de una película que tenía todos los condimentos para mantener a las casi 20.000 personas que había en la cancha pegadas a sus butacas. Había de todo: errores ?la defensa de Independiente regalaba espacios y mostraba desacoples alarmantes?, sutilezas ?Verón hizo un sombrero exquisito para dejar en ridículo a otro talentoso, Patricio Rodríguez? y hasta juego asociado: en un contragolpe magistral, Estudiantes pudo anotar el segundo gol, pero Enzo Pérez falló. Los dirigidos por Sabella mostraban un fútbol vistoso, aunque les faltaba contundencia. Independiente se atrincheraba en su arco e intentaba salir rápido de contragolpe, aunque la mayoría de las veces sus intentos eran neutralizados.
En el segundo tiempo, Estudiantes le agregó a su juego una gran dosis de paciencia. Se tomó casi veinte minutos para ver si Independiente había cambiado el chip y se decidía a buscar el partido, pero los Rojos permanecían fieles a su idea de defender al máximo y atacar lo mínimo indispensable. Ante semejante declaración de intenciones, Estudiantes puso manos a la obra. Jugó toda la segunda parte en campo rival y creó cuatro situaciones clarísimas antes de llegar al gol que decidió el partido. El uruguayo Salgueiro, en tres ocasiones, pudo haber adelantado a su equipo. Y Mauro Boselli ?que se las ingenió para pivotear todo lo que le tiraron? desperdició un mano a mano con Gabbarini, que había reemplazado al lesionado Navarro.
La quinta ocasión fue la vencida. Morales Neumann avanzó por la banda izquierda e hizo bailotear a Vella, su ocasional marcador. Con tiempo y espacio de sobra, remató al arco. Gabbarini alcanzó a despejar, pero la pelota le cayó al uruguayo Díaz, que sentenció el partido a tres minutos del final y desató el delirio del pueblo pincharrata.
A Estudiantes la victoria le llegó por decantación. Tuvo la templanza suficiente para no acelerarse cuando las jugadas ofensivas se sucedían y el gol se negaba. Gozó con Verón ?mientras lo tuvo en la cancha? de titiritero y se apoyó sobre la luz que Boselli irradió como faro ofensivo. El resto de los jugadores acompañó, cada cual a su juego. Tal vez allí radique su principal virtud: todos saben cuál es su misión. Y eso, en definitiva, lo convierte en un gran equipo, que trabaja los partidos de principio a fin sin apartarse de su libreto y que ya mira de reojo la punta del campeonato.
11 partidos lleva Independiente sin vencer a Estudiantes. El último fue en 2004, como visitante, cuando Pastoriza dirigía al equipo de Avellaneda.
Verón se ganó los aplausos de todos los hinchas Cuando la voz del estadio anunció su nombre, la platea y la popular de Estudiantes explotaron. Los hinchas se desgañitaron las gargantas para alentar a su capitán, que volvió a ponerse la camiseta luego de jugar dos partidos en la selección. Jugó una hora y debió retirarse en el segundo tiempo debido a una ligera contractura en la pierna izquierda, aunque podría jugar frente a Huracán.
EL CAMBIO DE LOCALIA
Hubo quejas de la gente de Estudiantes por el desorden
Los hinchas platenses se quejaron por la dificultad en el acceso a la cancha de Quilmes, y a algunos socios les dieron tickets correspondientes al palco de prensa.
OVACION PLATENSE
Mauro Boselli tuvo bandera propia en la popular
Con la leyenda "Diego, el goleador de América es argentino", la gente de Estudiantes le reclamó a Diego Maradona una citación para el goleador del equipo platense. El aliento surtió efecto, ya que el delantero fue la figura de la cancha.
UN DEBUT EN EL ROJO
Adrián Gabbarini jugó sus primeros minutos oficiales
A pocos días de cumplir 24 años, el arquero nacido en Guaymallén (Mendoza) debutó en Independiente (sólo había jugado amistosos). Reemplazó a Navarro y no tuvo problemas hasta el segundo gol de Estudiantes, donde dejó la pelota corta ante un remate de Morales Neumann.

"Nos ganó el campeón de América"
Américo Gallego justificó la derrota de su equipo; además, se defendió de las críticaspor el sistema defensivo: "De visitante, si no cerrás el partido, un empate no está mal"

No era un momento fácil para Américo Gallego. Primero, porque tenía que enfrentar a la prensa después de una derrota de Independiente. Segundo, porque en ese momento no estaba claro el grado de la lesión del arquero Hilario Navarro. "Lo que menos importa en este momento es el resultado", dijo el entrenador ante los periodistas que deseaban conocer su parecer sobre la derrota de su equipo.
Pero más allá de excusarse, Gallego hizo algunas referencias al partido. "Nos ganó el campeón de América. Nos ganó bien", resumió sobre el partido. Después, debió responder sobre lo sucedido en el final del partido, con el equipo parado de manera muy defensiva. "Cuando jugás de visitante, si no podés cerrar el partido un empate no está mal", aseguró para defenderse de cualquier cuestionamiento. Y para el final, el director técnico aseveró: "Todos los cambios que hice fueron ofensivos".
El plantel de Independiente se retiró del estadio de Quilmes en fila india. Los jugadores estaban acompañados por el presidente Julio Comparada y la mayoría prefirió el silencio y no realizó ninguna declaración a la prensa. Los únicos que se detuvieron para hablar con los periodistas fueron Carlos Matheu y Walter Busse. "No pudimos aguantar el resultado. Faltaba poco pero se terminó. Igualmente estoy convencido de que en el gol de ellos tocan la pelota con la mano", aseguró el defensor.
La palabra del mediocampista fue similar a la de su director técnico. "Se perdió contra el mejor equipo de la Argentina. Es un gran conjunto y acertaron en lo que tenían que hacer, que era sacarnos la pelota. No perdimos contra cualquiera, y eso hace que la derrota sea menos dolorosa."
Pocas palabras y mucho silencio. Otra salida triste de Independiente.

"Hacía años que no veía jugar tan bien a un equipo"
El DT Alejandro Sabella se mostró "emocionado" por el nivel de un conjunto que aspira a seguir siendo protagonista

En medio de un escenario caótico como fue la salida del plantel de Estudiantes del vestuario local del estadio de Quilmes ?detalle preocupante si se tiene en cuenta que el Pincha jugará mucho tiempo allí?, Alejandro Sabella se mostró como uno de los entrenadores más felices del mundo. Con una sonrisa indisimulable, el conductor del equipo platense ponderó el empeño, pero también el juego.
"El primer tiempo de Estudiantes rondó la excelencia. Hacía años que no veía jugar tan bien a un equipo. Realmente jugamos un partido bárbaro y solamente bajamos un poco el nivel cuando nos cansamos. Nuestro planteo fue muy bueno y sé que merecimos hacer más goles. Por eso festejé mucho el gol del uruguayo (por Juan Manuel Díaz), porque merecíamos hacer el tercero antes que el segundo", señaló el director técnico.
Y añadió una frase que repitió durante la campaña que terminó con la conquista de la última Copa Libertadores: "El equipo me emociona, me enorgullece. La solidaridad y el juego asociado es lo que nos hace distintos del resto. Pero tranquilos, todavía falta mucho tiempo...".
Juan Sebastián Verón, uno de los más destacados del conjunto platense, dio su punto de vista: "Pienso que jugamos un partido bárbaro, casi perfecto. Nos salió todo como esperábamos. Sabíamos que Independiente nos iba a apretar, a tirar centros, pero que íbamos a encontrar espacios como para hacerles daño. De todos modos, creo que la gente de Independiente tiene que tenerle paciencia al equipo porque está en formación y es lógico que todavía falten detalles por mejorar. Hay que darle tiempo".
La Brujita Verón, que minimizó la contractura en el isquiotibial de la pierna izquierda por la que debió ser reemplazado por Marcelo Carrusca a los 14 minutos del segundo tiempo, amplió: "Falta mucho para señalar que Estudiantes es candidato a ganar el título. Es importante el arranque que tuvimos en el torneo, eso es verdad. Pero siempre pueden aparecer uno o dos equipos sobre el final del torneo y que sorprendan a todos. Pero hay que esperar, estar tranquilos. Lo importante es que la mentalidad ganadora se mantenga en cada uno de nosotros. Así, de ese modo, ganamos la Libertadores".
El mediocampista Enzo Pérez, otra de las piezas fundamentales del funcionamiento del Pincha, coincidió con Verón en cuanto a la actitud superadora: "Estudiantes es un equipo que tiene mucha hambre de gloria y no nos vamos a conformar con haber ganado la Copa Libertadores. Eso es algo que pensamos todos los muchachos. A este equipo le gustan los grandes desafíos y en la segunda parte del año queremos volver a ser protagonistas", sentenció.
El uruguayo Díaz fue uno de los últimos jugadores en abandonar el vestuario local. Su felicidad por haber anotado el tanto del éxito platense fue emocionante. "Creo que me tocó alguien con una varita mágica, porque quedé en el lugar justo y en el momento justo. Me llegó el rebote y pateé, por suerte entró, y se lo quiero dedicar a todos los que confiaron en mí. Es un momento de mucha emoción. Ojalá que en el final sirva para que Estudiantes sea campeón", cerró Díaz.

CRONICA
ESTUDIANTES CERCA DE LA "ACADEMIA"
Con goles de Mauro Boselli y Juan Manuel Díaz, el "Pincha" se impuso por 2 a 1 frente a Independiente (el empate transitorio lo marcó Darío Gandín). Con esta victoria los de La Plata quedán a dos puntos de Central.

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